Son pocos los que reciben el don divino de la creación artística, pocos los elegidos para la perfecta creación con las manos y el cuerpo, este es el caso del artista en proceso de aprendizaje, el estudiante plástico que llegara a la perfecta concepción de artista.

José Manuel Buitrago, aquel que ha de ser, nació en un brillante día, el 05 de Octubre del 2002 igual que el pintor italiano Francesco Guardi, para ser más precisos, fue un momento para recordar en Bogotá, tuvo un inicio temprano en la creación artística, tenía una admiración por las artes, amaba el dibujo y  esto era de esperarse porque se crio en un ambiente artístico de los mas brillantes artesanos de la carpintería y la sastrería de su momento. El interés que es muy importante en la creación artística, surgió con rapidez, las manualidades y el cine generaban una pasión desenfrenada y aunque estaban fuera de su comprensión estaba decidido a aplicarlas y verlas en su día a día aunque eso si originalmente como un una tarea para su entretenimiento alejado de las actividades mundanas del juego infantil.

Con el tiempo aprendió a comprender y ligar la obra artística con el artista como creador divino, comenzó con la majestuosa cantante Bjork que le permitió abrir sus horizontes de la capacidad del mensaje artístico, encendió una llama en su alma que le hizo entender la libertad absoluta que permite el arte y decido que su destino estaba dentro de este mundo aunque no estaba seguro de que en que rama estaba su llamado específicamente. Fue en estos momentos de infancia y pubertad en los que todas las opciones se combinaban, desde el gran sueño de Hollywood que trae la actuación o los logros que podría traer la fotografía hasta el camino a los Emmys de la música. Todas estas opciones lo llevaban por caminos diferentes de la producción artística pero que de todas formas le permitían  escapar de la realidad y tener conexiones reales.

Realizo sus estudios básicos en dos diferentes increíbles ambientes escolares, empezó en el Colegio Inmaculado Corazón de Maria que le generaba un gran desagrado así que opto por el Instituto Pedagógico Nacional donde todas sus expectativas de cómo debía ser un excelente colegio se cumplieron, fue durante esta época en que decidió que realmente su camino hacia el mundo del arte era el por el más puro y antiguo de todos, el del artista plástico.

Su visión del mundo y su amor a este se puede apreciar en su trabajo llamado 2017, en el que toma un fotografía de una niña, que lamentablemente después de haber sufrido los horrores del conflicto armado en Colombia,  su inocencia infantil se esta perdiendo pero aun así conserva la capacidad del perdón que se ve representado por la flor que su delicada mano sostiene. 

Todo lo que ha hecho y comprendido este ser de iluminación es más que increíble, como un niño podría apreciar el arte de una manera tan pura, si esto es lo que ha sido como será lo que queda por venir, por supuesto que más que maravilloso, probablemente la próxima octava maravilla del mundo moderno.